La polarización no es más que ficcional. Ayer entendí que no se trata de una rivalidad Compromiso-Liberalidad. Las posibilidades que existen entre uno y otro son tan complejas y diversas como personas hay.
Hay un papel que supe jugar una vez, y del que tuve un pantallazo fugaz hace poco. El rol de la chica que camina al lado tiene sus pros y sus contras. En primer lugar, hay un cierto desapego en las actitudes que se manejan en público, lo que resulta en principio un poco desconcertante y da una cierta sensación de inseguridad acerca del interés el otro. Pero en esto cuentan los detalles. Algo que podría saber a poco en otros casos (que otra persona te agarre de la mano, o te acaricie la espalda) resulta casi glorioso. Es como un "hey, estoy acá y estoy para vos" sin palabras. Y el improviso de estos detalles hacen a ese aparente "desapego" muy conveniente, se valoran esa clase de cosas mucho más.
Por otra parte, no es un papel fácil de llevar. A pesar de ser la persona con cierto acceso libre y frecuente a besos, abrazos y demases de otra, hay como una restricción que se basa tanto en las convenciones sociales como en cualquier parámetro que tenga el otro. El aparente acceso libre depende de cuan cerca se sienta al otro, de cuan dispuesto se lo intuya. Implica una lectura mucho más delicada y atenta de las actitudes ajenas en comparación a otros roles más comprometidos, o mucho menos.
Ser la chica que camina al lado es acompañar al otro en sus inquietudes de momento, como ver ropa o juegos, o lo que sea que le guste, con tal de pasar un rato más caminando al lado. Es acostumbrarse a escuchar la pregunta "Es tu novia?" y fantasear con la idea de que en algún momento el otro dé una respuesta diferente a un "No".
Y la incertidumbre. Es lo mejor y lo peor de este papel. El hecho de no saber si vas a ver al otro de nuevo te hace tratar de ser mejor incluso que vos mismo, todo el tiempo. Y asusta. Cualquier acontecimiento del mundo exterior a los dos asusta, porque no se conoce con certeza la influencia que podría llegar a tener. Eso induce un poco a la paranoia, más todavía a las personas como yo que desarrollaron una bastante insistente.
Hay un papel que supe jugar una vez, y del que tuve un pantallazo fugaz hace poco. El rol de la chica que camina al lado tiene sus pros y sus contras. En primer lugar, hay un cierto desapego en las actitudes que se manejan en público, lo que resulta en principio un poco desconcertante y da una cierta sensación de inseguridad acerca del interés el otro. Pero en esto cuentan los detalles. Algo que podría saber a poco en otros casos (que otra persona te agarre de la mano, o te acaricie la espalda) resulta casi glorioso. Es como un "hey, estoy acá y estoy para vos" sin palabras. Y el improviso de estos detalles hacen a ese aparente "desapego" muy conveniente, se valoran esa clase de cosas mucho más.
Por otra parte, no es un papel fácil de llevar. A pesar de ser la persona con cierto acceso libre y frecuente a besos, abrazos y demases de otra, hay como una restricción que se basa tanto en las convenciones sociales como en cualquier parámetro que tenga el otro. El aparente acceso libre depende de cuan cerca se sienta al otro, de cuan dispuesto se lo intuya. Implica una lectura mucho más delicada y atenta de las actitudes ajenas en comparación a otros roles más comprometidos, o mucho menos.
Ser la chica que camina al lado es acompañar al otro en sus inquietudes de momento, como ver ropa o juegos, o lo que sea que le guste, con tal de pasar un rato más caminando al lado. Es acostumbrarse a escuchar la pregunta "Es tu novia?" y fantasear con la idea de que en algún momento el otro dé una respuesta diferente a un "No".
Y la incertidumbre. Es lo mejor y lo peor de este papel. El hecho de no saber si vas a ver al otro de nuevo te hace tratar de ser mejor incluso que vos mismo, todo el tiempo. Y asusta. Cualquier acontecimiento del mundo exterior a los dos asusta, porque no se conoce con certeza la influencia que podría llegar a tener. Eso induce un poco a la paranoia, más todavía a las personas como yo que desarrollaron una bastante insistente.
Se sabe que es imposible una estabilidad. Que el otro es libre y uno también, a pesar de que con el tiempo quisiera que eso cambiara. Que los días juntos son idílicos, imposibles de repetir. Que la incertidumbre que le da sabor no puede seguir viviendo si del papel de la chica que camina al lado se pasa al de chica oficial, o al de novia, que se vuelven utopías.
Creo que esa es la clave de este rol. El planteo de utopías. Al tener que ganarse cada paso adelante, uno empieza a reconocer que tiene un verdadero mérito. Que cada avance es un logro que celebrar. Y eso es lo lindo de esto. Ganarse lo que otros tienen por nada, saber que uno realmente lo merece.
Creo que esa es la clave de este rol. El planteo de utopías. Al tener que ganarse cada paso adelante, uno empieza a reconocer que tiene un verdadero mérito. Que cada avance es un logro que celebrar. Y eso es lo lindo de esto. Ganarse lo que otros tienen por nada, saber que uno realmente lo merece.
1 comentario:
Me dejaste helada. Es tal cual me siento yo, siempre.
Y las pocas veces que no ocupé ese rol, sentía que me faltaba el plus que da sentir que algo no puede ser tan fácil, que lo natural es tener que ganar cada cosa a pulmón, a veces nada puede ser sencillo.
Me encantó.
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