Un día tu papá se aparece con un chocolate inesperado, es una sorpresa. Aprobás una materia para la que no estudiaste, es una sorpresa. Esas son sorpresas que rompen la cotidianeidad, que te alegran un momento, o muchos, pero que interrumpen el flujo de la rutina para que después todo se reacomode.
Cuando lo que te sorprenden son las personas, la cosa se pone compleja. Porque no sólo se rompe la rutina, hay conceptos que se rompen, hay una mirada que forzadamente cambia. Y no hablo de un cambio radical, de inaugurar un odio visceral o un amor maniático. Hablo sólo de un cambio.
Hubo mucha sorpresa por acá. En una forma enferma, creo que para bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario