Es una estupidez. Lo adelanto para no hacerle perder tiempo a nadie que empiece a leer, yo sí quiero sacarme minutos de sueño para escribir. Pero no me voy a sentir bien (ni mal, ahora que lo pienso. Y pensándolo así, esta aclaración no tiene sentido) sabiendo que quizá alguna persona de por ahi cuyo mouse caiga de casualidad acá va a perder segundos que van a culminar en una decepción que seguramente lleve a decir "esta chica es una pelotuda" (ay, dije una puteada en el blog). Aunque a decir verdad, no me importe, la idea en sí es que no se espere demasiado. No me creo capaz de ilusionar a nadie y si nadie se ilusiona, nadie se decepciona. Todos felices.
En fin, después de esa especie de prólogo inútil que estoy muy tentada de borrar, tengo que declarar que hoy siento el alma bígama. (Sí, esta es la parte en que cerrás Ilusiones en cuarentena para no volver a entrar)
Y para vos, que no lo cerraste, lo explico. Aunque no te importe. Supongamos que sí.
A riesgo de sonar cursi, tengo como se dice el corazón repartido. Por suerte no en forma literal, aunque siendo como es en realidad podría amargarme sabiendo que no tengo ninguna de las dos mitades a mi favor. Pero hoy, día raro, estoy feliz por ello (lo leo de nuevo y digo "¿Feliz?", pero no se me ocurre palabra mejor, voy a dejarlo así).
Por un lado, tengo a alguien lejos, muy lejos, frontera y una docena de provincias y estados de por medio. Pero es un alguien que supuestamente me piensa, y a quien quizá vuelva a tener, al menos por poco. Es el alguien que está presente aunque no esté.
Y tengo al alguien ausente que está en la localidad de al lado (No me asusta decirlo, debe ser la hora. Aunque si lo pienso no me tendría por qué asustar, me siento una pelotuda al pensar "con miedo" y más al saber que mañana voy a decir "Qué subí anoche, soy una pelotuda"). Está ausente a pesar de que yo podría tranquilamente decirle "Te quiero ver" (Aunque no lo vaya a hacer, además de pelotuda también soy cobarde y por eso escribo acá, donde no lo va a leer y no corre riesgos esta especie de relación de amistad distante que tenemos). Está ausente porque no sé si no se da una idea de lo que me pasa, o porque se da la idea y quiere huir aunque no pueda, porque ausente está igual.
A eso le llamo un alma bígama. A tener algo para dar (sólo para esas dos mitades, tampoco me voy a sobreexigir ni a regalar. No podría aunque quisiera) y no poder darlo. Por distancia geográfica o por distancia "emocional" (No me engaño, podría ponerme en piloto automático y mandarle un mensaje ahora mismo. Pero repito. Soy cobarde).
Y así como estoy, no puedo hacer nada. Podría haberlo dibujado mejor, disfrazarlo un poco para hacerlo más leíble y un poco más, no sé, "artístico". Pero aunque sea en este ámbito estéril y limitado tengo que ser sincera. Al menos una vez, y de madrugada.
1 comentario:
lo leí y lo comprendo tanto.
Te moelsta si te lo robo? Estoy pasando algo similar...
Te necesito.
Publicar un comentario