2 de octubre de 2010

Dazed and confused

Mi escuela primaria. Salgo. No sé cómo entré ni por qué, pero salgo. Estoy abrazada con alguien que no recuerdo por qué estoy abrazando ni qué hace acá. Pero lo abrazo. Intenta besarme y yo me aparto, pero sin ganas. Entiendo poco y me voy para mi casa, todavía siendo abrazada. No tengo llaves, entiendo que tengo que correr para encontrarlas.
Estoy sola ahora, y busco a mi mamá. Ella tiene las llaves. Corro una cuadra más allá, debe estar en lo de mi abuela. Nada cambia a mi paso, es sólo una cuadra. Pero abro el portón. Mi abuela en una cama, mi abuela viva y alguien sentado a su lado.
Me asusto. Caigo en la cuenta que retrocedí en el tiempo... ¿Dos meses? Demasiado poco, debo estar a principio de año. Busco a ese alguien que me abrazaba, pero entonces recuerdo. No lo conocía en ese entonces. Tengo que buscarlo. Tengo que buscarlo y decirle que en unos meses voy a conocerlo y lo voy a amar. Pero, ¿para qué? No sé, pero lo tengo que hacer.
Sigo saltando en el tiempo, aparezco en un bar. Lo tengo al lado. Quizá adelantar las cosas sirva, haga que el presente que dejé atrás sea diferente, mejor. Intento besarlo, me esquiva sin darse cuenta. Un amigo sí lo nota y larga una carcajada.

Vuelvo a girar, sigo corriendo sola por la misma cuadra, buscando. Pero ya no busco una llave.

No hay comentarios: