12 días para mi cumpleaños, entrada número 300 en el blog.

No sé por qué el tema de los números me resulta tan importante. No quiero caer en el desinterés de decir "Es un día más, nada cambia trascendentalmente", pero en ciertos aspectos mi "emoción" [por ponerle un nombre] por cumplir 18 años me parece un poco desmedida. No sé si hay una forma correcta de afrontar un cumpleaños, no sé decir qué postura me parece más acertada, siempre cambia mi predisposición con los años.

Sin embargo, tengo que admitir que más allá de mi edad, de mis 17 a esta parte hubo muchos cambios que sí fueron trascendentales. Ciertos aspectos rígidos de mi personalidad que fueron derrumbándose, muchos malestares, muchas alegrías y mucho aprendizaje en el medio. Pasaron cosas que nunca antes habían pasado, conocí muchísima gente [en su mayoría, para bien. Incluso quienes me trajeron más amargura que otra cosa me dejaron algo], y también perdí muchas cosas que creía inamovibles. Pero tengo que decir que eso también me sirvió para no dar por sentados ni siquiera a mis mejores amigos, uno tiene que trabajar para mantener una amistad y eso recién ahora lo entiendo.

Puedo sonar excesivamente optimista por considerar sólo lo positivo de todo lo que me pasó este año. Eso es algo que se logra con la distancia temporal, en su momento no lo pude ver y espero, ahora que sí lo veo, tomarlo como referencia para experiencias futuras.

Si hay cambios, espero que sean para bien, no quiero tener que golpearme [tanto] para aprender las cosas. La tranquilidad la quiero tener sólo conmigo misma. Una vida sin movimiento no es vida, pero quiero sentir menos vértigo al mirarme hacia adentro. El afuera puede seguir fluyendo.

En fin, sólo eso. Como los números me resultan importantes, necesitaba hacer una entrada más o menos "completa" [no es la palabra, pero no se me ocurre otra] como número 300. Y no me salió otra cosa más que esto, puro reflejo de lo que siento o quiero decir.