"No entiendo nada de fútbol, debo reconocerlo. Tampoco soy un gran admirador del deporte. Tiene muchas cosas negativas; la primera es el machismo. Además me resulta, después de una hora de juego, por ejemplo, bastante aburrido. Pero en el mundial la cosa es diferente. Quiero decir, el entusiasmo nace desde un lugar que tiene que ver más con la excusa de compartir, que con la razón de ese compartir.
Es raro ver que alguna persona -salvo que esté bajo condiciones que van más allá de sus deseos- vea un partido sola. Generalmente lo hace entre amigos, familia, desconocidos, pero siempre con la intención de compartir esa gratitud extraña que es la competencia, la devoción, el anhelo, la victoria.
No quiero profundizar demasiado porque el tema no lo permite. Pero es interesante.
Lo más divertido, para mi, es que pasado algunos minutos de juego, termino opinando, con todo entusiasmo y decisión, como si fuese un experto en la materia. Es solo un juego."
Es raro ver que alguna persona -salvo que esté bajo condiciones que van más allá de sus deseos- vea un partido sola. Generalmente lo hace entre amigos, familia, desconocidos, pero siempre con la intención de compartir esa gratitud extraña que es la competencia, la devoción, el anhelo, la victoria.
No quiero profundizar demasiado porque el tema no lo permite. Pero es interesante.
Lo más divertido, para mi, es que pasado algunos minutos de juego, termino opinando, con todo entusiasmo y decisión, como si fuese un experto en la materia. Es solo un juego."
Abril Sosa
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